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Con la inscripción y participación de más de 4.400 personas de todas partes del mundo, concluyó de manera satisfactoria el 3° Congreso Latinoamericano de Justicia Restaurativa, que, al igual que la edición anterior, se realizó de manera virtual. 

En las tres jornadas en las que se desarrolló el evento hubo más de 60 expositores de varios países: Argentina, Chile, Colombia, México, Brasil, Perú, Honduras, Uruguay, Bolivia, Guatemala, República Dominicana y Gran Bretaña.

Los organizadores del evento, en esta oportunidad, fueron la Defensoría del Pueblo de Santa Fe, la Defensoría General de Lomas de Zamora (Buenos Aires), la Universidad Nacional del Litoral (UNL), la Universidad Nacional de Rosario (UNR), la Universidad Nacional de Lanús (UNLA), la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), el Consejo Superior de la Judicatura de Colombia, el Instituto de Mediación de México, la Alianza Global para Ministerios e Infraestructuras para la Paz (Gamip) Latinoamérica, el Instituto Latinoamericano del Ombudsman (ILO), la Asociación de Defensores del Pueblo de la República Argentina (Adpra), la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, y la Asociación Civil de Magistrados y Funcionarios del Ministerio Público de la Defensa de la República Argentina (Adepra).

Apertura

El Defensor del Pueblo de Santa Fe (Argentina), Raúl Lamberto, dio la bienvenida a todos los presentes y destacó: “Hoy en este tercer Congreso con más de cuatro mil participantes tenemos el desafío y la necesidad de abordar a la justicia restaurativa y sus prácticas como políticas públicas, con la participación de actores sociales, gubernamentales y no gubernamentales, donde habrá más de 60 expositores”.

En cuanto a los objetivos del evento remarcó: “Buscaremos promover la articulación de la academia, las políticas públicas y las organizaciones sociales para el diseño de proyecto y prácticas restaurativas que contribuyan a la promoción y consolidación de una convivencia sana, solidaria y fraterna”.

El Subsecretario de Política Criminal del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación (Argentina), Pablo Barbuto, contó que “el ministerio tiene como eje de gestión diseñar, apoyar y desarrollar acciones que tengan como objeto propiciar una mejora en el acceso y en la administración de justicia. La justicia restaurativa es una herramienta que se debe profundizar como política pública dada su eficacia en la resolución de conflictos”, y agregó: “En las últimas décadas han surgido nuevas herramientas para la resolución de conflictos vinculados con la ley penal, y entre ellas una de las más impactantes es la justicia restaurativa”.

Por su parte, el subsecretario de Política Criminal del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, Lisandro Pellegrini, sostuvo que “todas nuestras líneas de trabajo están atravesadas por la justicia restaurativa, no solo lo que toca en el ámbito de política criminal”, e informó que “la provincia está en este momento reglamentando la ley de víctima donde también está impregnado el espíritu restaurativo”.

La jornada continuó con la emisión de un mensaje grabado del flamante presidente del Instituto Internacional del Ombudsman (IIO), Chris Field, quien destacó que los ombudsmans juegan un papel muy importante en todo el mundo, celebró la realización del Congreso y la cantidad de participantes y enfatizó en la importancia de construir aportes y espacios que ayuden a pensar cuál es la forma en que mejor podemos proporcionar justicia.

Luego, el Secretario General del Instituto Latinoamericano del Ombudsman, Ismael Rins, analizó el alcance de la iniciativa y valoró: “Este congreso pone a las Defensorías del Pueblo un gran desafío que es el de poder interpretar este concepto novedoso que se va construyendo que es la justicia restaurativa”.

Julio Conte Grand, Procurador General de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, expresó que “existe una preocupación creciente en la tutela de los Derechos Humanos y en las garantías irrestrictas de estos Derechos Humanos, no solo en el territorio de nuestras provincias y nuestro país sino a nivel internacional”.

Por su parte, el Secretario de Niñez, Adolescencia y Familia de la República Argentina, Gabriel Lerner, enfatizó: “Estamos absolutamente convencidos que la mirada restaurativa, el enfoque restaurativo es un instrumento ineludible para el abordaje de conflictos en las infancias y las adolescencias”, y agregó: “La mirada de la justicia puramente adversarial ofrece muchas limitaciones y debilidades y esto debe complementarse con enfoques, metodologías y miradas restaurativas”.

El rector de la Universidad Nacional del Litoral, Enrique Mammarella, señaló la necesidad de “seguir comprometiéndonos desde nuestra institución para trabajar juntos en propuestas y alternativas útiles que sirvan a las políticas públicas. El campo restaurativo y la cultura del buen convivir tienen que estar presentes en los diseños de estas políticas públicas buscando promover así una convivencia sana, solidaria y fraterna en todos los ámbitos del desarrollo humano”.

Franco Bartolacci, rector de la Universidad Nacional de Rosario, destacó la relevancia “de poder sostener este ámbito de reflexión colectiva y de puesta en común de experiencias en esta materia y en estos tiempos tan excepcionales y complejos que nos tocan vivir que hacen a su vez necesario que podamos avanzar decididamente en estos temas”, y remarcó la relevancia de poder establecer un “diálogo entre el mundo de la academia, el del diseño e implementación de las políticas públicas y las organizaciones”.

A su turno, Ana Jaramillo, rectora de la universidad Nacional de Lanús, expresó que “sin justicia no habrá paz en nuestro continente, por ejemplo, todos los exiliados que estuvimos en México con dictaduras sabemos que está plagado de dictaduras y que todos los que queremos una sociedad justa tenemos que seguir contribuyendo desde el lugar en que estemos”.

Max Florez, del Consejo Superior de la Judicatura de Colombia señaló que “la justicia restaurativa debe ser llevada a cada rincón del continente, donde los conflictos de la cotidianeidad puedan ser abordados de manera integral para prevenir la comisión delitos, la producción de daños, la victimización principalmente de las personas más vulnerables y para complementar la justicia formal en la obtención de mejores resultados en términos de convivencia pacífica de la sociedad”.

Por último, y cerrando el nutrido panel de oradores el Defensor General de Lomas de Zamora, Eduardo Germán Bauché, valoró: “Si hay cerca de cuatro mil inscriptos y quince países representados en este evento es por la gran generosidad de las instituciones organizadoras y adherentes”, e hizo hincapié: “Es muy fuerte la expansión que están teniendo las prácticas restaurativas en los distintos ámbitos y expresiones, pero por sobre todo creo que esto es el resultado de una necesidad imperiosa de caminar hacia una cultura de paz, de un buen convivir”.

>>Video de la apertura: https://www.youtube.com/watch?v=Nxd_hb5PfbA&t=7979s 

Panel 1 | Socialización de experiencias educativas y comunitarias

El primer panel se denominó “Socialización de experiencias educativas y comunitarias: el círculo como espacio de confianza y diálogo”, y estuvo integrado por Dolores Suárez, de la Sociedad Argentina Sociología y  la Universidad Nacional de Tucumán; Jean Schmitz, Director y docente del postgrado de Experto Universitario en Prácticas Restaurativas de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA); Silvia Nadalich y Carolina Ascensio, de la Asociación de Defensores del Pueblo de la República Argentina (ADPRA) y de la Defensoría del Pueblo de Santa Fe; Graciela Frias Ojinaga, del Instituto de Mediación de México y María Inés Narvaja, de la Fundación Miserando. Dicho panel contó con la coordinación de Margarita Teresa de Jesús García Gasca, Rectora de la Universidad Autónoma de Querétaro.

Durante su intervención, Dolores Suárez introdujo su ponencia sobre Justicia Restaurativa en el ámbito educativo y las prácticas que nos puedan llevar a su concreción. En tal sentido, señaló que la Justicia Restaurativa se orienta a recomponer el tejido social y convocó: “Debemos entender nuestras diferencias y para ello los niños, niñas y adolescentes tienen que aprender a respetarse a sí mismo para poder respetar al otro”.

“La esperanza – continuó Suárez –  se construye con un optimismo inteligente, y requiere un cambio de paradigma. Para ello las autoridades tiene que confiar en el facilitador, haciendo un diagnóstico y aplicando políticas públicas que impulsen a la recomposición del tejido social”, y culminó: “La clave está en el detalle, en estar atentos, con presencia plena y pendiente de las respuestas de los otro, al contexto y a sí mismos”

Por su parte, Jean Schmitz relató un caso práctico como docente que le permitió sacar tres conclusiones acerca de la importancia del rol de los facilitadores en aportar herramientas y generar el ámbito correcto para que cada uno desde su lugar pueda resolver los problemas que se le presentan y tomar en consideración el poder que tienen las relaciones y los encuentros grupales:

En este sentido continuó, la primer conclusión “me mostró que los círculos son poderosos y mágicos y permiten tener conversaciones verdaderas y profundas, y como facilitadores tenemos que prepararnos para ello, pensando qué preguntar y qué respuestas pueden surgir; la segunda me demostró que los niños y niñas tiene capacidad para gestionar y resolver sus conflictos siempre que nosotros como facilitadores le demos el lugar, y la tercera y última es que nosotros como facilitadores tenemos que romper la neutralidad e intervenir con cuidado sin apropiarnos de la situación sino crear las condiciones para la toma de conciencia de las personas presentes”

A su turno Silvia Nadalich, contextualizó su práctica junto al equipo con el que trabaja en el Centro de Asistencia a la Víctima de la Defensoría del Pueblo de Santa Fe que en este último tiempo se vio complejizado por la pandemia, teniendo que adaptar las formas de trabajo. “A medida que íbamos trabajando las problemáticas fuimos viendo todas las violencias que sufrimos las mujeres en los diferentes ámbitos y cómo éstas iban surgiendo de los testimonios de las víctimas”, explicó y agregó: “Debemos considerar el problema de la violencia de género como algo estructural, por ello cambiamos el enfoque para que las víctimas puedan protagonizar esos cambios, reconociendo hábitos y conceptos adquiridos”

Por su parte, Carolina Asencio, comentó: “Decidimos incorporar otras alternativas que no vayan por la atención clínico-individual, sino que sumen la instancia grupal de generar encuentros. Así nace, con la presencia y coordinación de profesionales, la organización del “Grupo de mujeres en situación de violencias de género”.

Con respecto al grupo, explicó que “en él, ellas se empoderan viendo lo vivido y construyendo una conciencia colectiva contagiando la sensación de pertenencia que les da conformar el grupo”, y reflexionó: “Esto también invita a otras mujeres a participar en la reparación y reconocer sus derechos cuestión muy valiosa, ya que invita al cuestionamiento”

Como cierre del panel, Graciela Frias Ojinaga compartió una experiencia de mediación y de la implementación de procesos restaurativos para la intervención comunitaria: “Reconocemos tres momentos en el proceso, el esquema de prácticas restaurativas vivenciales, la capacitación en procesos restaurativos, y la implementación de procesos restaurativos en comunidad”, y destacó que el objetivo es “generar participación abonando a mejorar la autonomía, empoderando a las personas para superar los problemas que se le presentan”.

Por último, describió que “los resultados fueron buenos, como por ejemplo la cuestión mágica de cómo pueden funcionar los círculos, intercambiando prácticas que fueron adoptadas por los participantes para sus propias reuniones y llevando sus experiencias a la comunidad”, y convocó: “Tenemos que volver la mirada a lo esencial, a la importancia en la calidad de relaciones al proponerse alguna tarea y de poder establecer relaciones que posibilitan el crecimiento propio y el colectivo”

Durante su disertación, María Inés Narvaja expresó que “la primera práctica restaurativa es mirar con misericordia al otro”, e hizo una síntesis de la realidad Argentina desde la mirada de la Fundación de la que forma parte, puntualizando en la “reconstrucción social como punto de partida para la reconstrucción individual”.

Finalmente, remarcó que “la Fundación tiene como misión estar cerca de las personas más necesitadas y practicar la solidaridad humana en todas sus formas, con particular foco en niños y ancianos en situación de calle y extrema pobreza y promover los valores, las virtudes humanas, la dignidad de todos los destinatarios de su obra”.

>>Acceso al video del primer panel: https://www.youtube.com/watch?v=VBXdvFz8usk&t=7s 

Panel 2 | Los desafíos de la justicia y las prácticas restaurativas en tiempos complejos y de incertidumbre


El segundo panel se denominó “Los desafíos de la justicia y las prácticas restaurativas en tiempos complejos y de incertidumbre”, y estuvo integrado la coordinadora del Programa de Justicia Comunitaria del Tribunal de Justicia del Distrito Federal y Dos Territorios (Brasil), Glaucia Foley; Diana Márquez de la asociación de Víctimas por la Paz; Xavier Aguirreal, privado de la libertad e integrante de Liberté y Jorge Pesqueira Leal del Instituto de Mediación de México. Dicho panel contó con la coordinación de Iván Navarro Papic.

Comenzó el panel Glaucia Foley quién citando a Gramsci manifestó que asistimos a un tiempo donde lo viejo va muriendo y lo nuevo todavía está por nacer, de allí que debemos actuar como parteras de lo nuevo, que son las prácticas y justicia restaurativa. Para ello destacó que es necesario tener indignación con el sistema neoliberal que acentúa las desigualdades y pone en peligro las democracias mostrándolas tan frágiles como son.

“Asistimos a lo que se denomina la geograficación de la ciudadanía porque no todos los ciudadanos somos iguales, tenemos más o menos derechos según el código postal”, analizó Foley y abogó para que en “estos cambios que se están gestando se incorporen los movimientos sociales, se reconozca al otro como sujeto de derecho en una dialógica circular en el que se respeten todos”.

A su turno, Diana Márquez, habló sobre la organización Víctimas por la Paz, que nuclea a quienes sufrieron hechos delictivos: “El odio y el rencor profundizan la violencia, aprendimos que la justicia restaurativa es imprescindible”, y continuó: “Nosotros pudimos sobreponernos pensando acciones positivas y nos animamos a hacer cosas culturales como participar en actividades en las cárceles, trabajar con hijos de agresores, trabajamos en los círculos dañados. Así aparece nuestro vínculo con Liberté, una asociación de presos de la cárcel de Batán, cerca de Mar del Plata, en la provincia de Buenos Aires, con quienes llevamos adelante un ejemplo contundente de justicia restaurativa. Creamos el Fondo de Asistencia a las Víctimas, destinados a personas o asociaciones de víctimas, y solventado con las ganancias de Liberté”.

Complementando la presentación de Márquez, Xavier Aguirreal, privado de la libertad e integrante de Liberté contó la experiencia de la asociación: “Desde nuestra organización que va camino a ser una cooperativa cambiamos algunas lógicas en la cárcel de Batán como por ejemplo montar un almacén donde vendemos productos que antes estaban prohibidos, logrando cambiar ese concepto. Ahora, como ejemplo, podemos vender entre otras cosas, dentífricos, chocolates o alfajores, cuya tenencia antes estaba vedada”, y reforzó: “Sí, los vendemos y las ganancias las destinamos a ayudar a las víctimas, nos sale del corazón reparar el daño producido ofreciendo lo que podemos hacer, restauramos a las víctimas y nos restauramos a nosotros mismos”.

El cierre del panel, estuvo a cargo de Jorge Pesqueira Leal quien tomando lo expuesto por Glaucia Foley al hablar de las desigualdades puso como ejemplo la inequidad y la desigualdad de géneros como aspecto a restaurar, entre otros. Afirmó que “la justicia restaurativa es liberadora, genera conciencia para darnos cuenta dónde estamos parados e identificar dónde está el conflicto, porque así se construyen los movimientos de paz, sabiendo dónde estamos en realidad”, y destacó: “En tiempos de desesperanza e incertidumbre, funcionales al mantenimiento de los esquemas de poder, es imperioso generar proyectos que den esperanza, como expresaba Enrique Pichón Riviere”.

Panel 3 | Debates y avances legislativos en la implementación de políticas restaurativas para el desarrollo humano

El último panel de la jornada se desarrolló bajo la consigna “Debates y avances legislativos en la implementación de políticas restaurativas para el desarrollo humano”. Conformaron el panel el diputado del PARLACEN, Erwin Eduardo Velasquez; Leonel Peña, del Consejo Superior de la Judicatura de Colombia; Gabriel Fava, de la Universidad Nacional de Buenos Aires; Adolfo Javier Christen, de la Asociación Pensamiento Penal; y la defensora General del Servicio Público Provincial de Defensa Penal, Jaquelina Balangione. Dicho panel contó con la coordinación de Saramelia Leiva, integrante del Parlamento Centroamericano (PARLACEN).

En primer lugar, hizo uso de la palabra Edwin Eduardo Velázquez quien explicó qué es el PARLACEN, cuyo objetivo es integrar a Centroamérica tanto en la parte continental como insular y repasó: “El año pasado emitimos una resolución donde se exhorta a impulsar la implementación de las prácticas y justicia restaurativa en los países miembros del PARLACEN dado que hay una urgente necesidad de impulsar este tipo de acciones. Estamos convencidos que para una mejor comprensión de los alcances y su puesta en práctica debemos capacitar no sólo a la judicatura, al poder judicial sino también a los otros poderes y a las comunidades de nuestros pueblos”.

Por su parte, Jacquelina Balangione, contó que “desde que tomé contacto con los conceptos y prácticas de la justicia restaurativa me enamoré de ella”, y expresó su dificultad de avanzar en ese sentido porque desde su lugar de la justicia se siente un poco sola: “No se trata sólo de elaborar reformas legislativas, estoy cansada de ver tantas canillas abiertas, de tanto despliegue discursivo. En los hechos vemos que no hay cambios en las situaciones de poder. No se ve que la justicia transite el camino de prácticas restaurativas”. Por último, manifestó una queja hacia los medios de comunicación que “tienen un discurso punitivista y es contra ello en la que siento la soledad de mi discurso. Hay jueces que son funcionales a la justicia punitivista por ser muy temerosos a los cambios”.

A su turno, Leonel Peña, describió que “la justicia restaurativa está en el centro del debate público en los sistemas judiciales de las Américas. Si buscamos que la justicia restaurativa sea el escenario dialógico a trasladar a lo jurídico se debe trabajar en varios sentidos concienciando que la justicia actual es poco amigable con la justicia restaurativa. Si creo que es necesaria una reforma normativa, porque de lo contrario no podremos avanzar, tampoco creo que con ello sea suficiente para cambiar la mirada”.

En este sentido, continuó: “Que la demora de los Congresos para hacer la ley no sean la excusa para renunciar a incorporar prácticas restaurativas en los jueces, armonizando la justicia formal con los acuerdos informales a través de su protocolización”, y concluyó: “El proceso judicial debe conectarse con el concepto de justicia terapéutica dando soluciones tanto a víctimas como a victimarios”.

Gabriel Fava remarcó que “no alcanza con un enfoque restaurativo de la justicia sino con un modelo que dé respuesta a los ciudadanos antes que a los operadores. Debemos acercarnos a los sujetos del conflicto para generar un entramado o marco relacional como arte social que analice los actos de los humanos y las posibles consecuencias de los daños que ellos provocan”.

“Concibo al portal de acceso a la justicia restaurativa como un espacio relacional y socio-consensual que contribuye al bienestar general. Entiendo que se debe priorizar las prácticas y justicia restaurativa en aquellos conflictos donde la punitividad pueda ser dejada de lado”, planteó y cerró: “Las prácticas restaurativas no sólo deben conciliar a la víctima y al ofensor sino también a toda la sociedad. Es necesario cambiar la idea de sanción por la de conciliación”.

Durante su disertación, Adolfo Javier Christen describió cómo funciona la experiencia en el servicio penitenciario bonaerense de los Comités de Prevención y Solución de Conflictos, que fueron creados a mediados de 2019, y que se aboca al análisis de las infracciones dentro del establecimiento carcelario susceptibles de ser sancionadas por la vía administrativa. En ese sentido explicó que “el Comité, que integran gran parte de los estamentos penitenciarios y de la sociedad, tiene un protocolo para encontrar medidas reparadoras alternativas. Para acceder a este sistema es necesario que sea solicitado por el interesado/infractor. Es voluntario y parte de la base del reconocimiento de la infracción y el pedido de disculpas”.

“El comité plantea la realización de medidas reparadoras en un tiempo acotado (30, 60 o 90 días), tras el cual y cumplida la medida se cierra el caso y no se incorpora al legajo del preso. En caso de desistir de la medida o reincidencia se sigue con el camino administrativo habitual”, detalló y concluyó: “El comité no es un espacio de queja sino de diálogo, de búsqueda de soluciones consensuales donde surgen propuestas de las más variadas, y como ejemplo citó la de un plan de desarme Una faca por un libro que tuvo mucha aceptación”.

>>Video de los paneles 2 y 3: https://www.youtube.com/watch?v=Nxd_hb5PfbA&t=7979s 

Panel 4 | Experiencias, problematización y construcciones sociales

El panel 4 se desarrolló bajo la consigna “Experiencias, problematización y construcciones sociales: explorando los límites de la Justicia Restaurativa en el campo ambiental y de género”, y contó con la participación de Violeta Maltos y Claudia Villavicencio del Instituto Internacional de Justicia Restaurativa (México) y de la Directora del Observatorio de Violencias de Género de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales FCJS – UNL, Paula Spina. La mesa fue coordinada por Florencia Beltrán, integrante del Instituto de Derechos Humanos y Justicia de la Universidad Nacional de Lanús.

Violeta Maltos fue la encargada de dar inicio a las exposiciones y su ponencia se basó en abordar conceptualmente la justicia restaurativa: “Más que hablar del concepto hay que hablar de varios conceptos e ideas sobre la justicia restaurativa. Yo voy con la idea de que más que conceptos hablamos de principios, mientras sigamos estos principios como una brújula en cada caso escuchando a cada persona podemos ir tomando decisiones con un enfoque restaurativo”.

En este sentido, detalló los cincos principios a los que hace referencia: “Estos cinco principios son: Centrarse en los daños y necesidades de las principales afectadas, pero también de la comunidad y de las personas que causan daños; atender las obligaciones que esos daños conllevan: persona que causó el daño, comunidad y Estado; usar procesos incluyentes y colaborativos; involucrar a todas las personas que tengan interés legítimo en la situación; y procurar la reparación integral del daño”.

Por último, señaló que “desde 1990 gracias a la experiencia de Sudáfrica con el apartheid y la manera de responder a ella empezó a conceptualizarse y a crecer la conceptualización de la justicia restaurativa como evento social y entonces tenemos este concepto en marcha y toda esta cuestión que viene sobre comunidades restaurativas, como un movimiento social que tiene el objetivo de crear relaciones interpersonales e institucionales, e instituciones sociales que fomenten dignidad humana, igualdad, libertad, respeto mutuo, compromiso democrático y gobernanza colaborativa”.

Por su parte, Claudia Villavicencio explicó el modelo que desarrolló para aplicar la justicia restaurativa en materia familiar en México y que incluye prácticas, círculos de sentencia, equipo multidisciplinario, seguimiento, valores, pilares y epistemología, programas, capital social, política pública, filosofía y procesos.

“Habiendo trabajado en prácticas restaurativas con adolescentes y sus familias advertí que este tipo de prácticas no eran exclusivas de poder ser aplicadas en el ámbito penal, de pronto también hay que despenalizar a la justicia restaurativa, hay que advertir no debemos limitar el horizonte a la mirarla solo en el ámbito penal”, expresó.

“La justicia restaurativa versa en el sentido de involucrar a todo aquel que tenga interés en atender una ofensa”, afirmó y preguntó: “Díganme ustedes si los jueces, los magistrados, los abogados de familia, las fiscalías, las defensorías no deben tener ese interés en involucrarse”, y concluyó: “Apostarle a la paz desde las familias es una apuesta certera a la paz porque la paz se construye desde las familias”.

Como cierre de panel, hizo uso de la palabra Paula Spina quien planteó una seria de preguntas sobre las que invitó a reflexionar: “La primera pregunta que nos tenemos que hacer es si la justicia restaurativa es un capítulo necesario en el marco de esta demanda por una justicia feminista”, y continuó: “El hecho de la forma en que construimos y conceptualizamos nuestros problemas tienen un impacto directo en los posibles marcos de solución. La forma de construir y pensar los problemas proyecta la posibilidad de imaginación en cuanto a respuestas y marcos de soluciones posibles”.

“Hay una construcción de los feminismos acerca de una pedagogía centrada en la necesidad de desarrollar una crítica y reflexión profunda y sostenida sobre el carácter generizado y masculinizado que tiene la estructura judicial en sus manifestaciones tradicionales” describió e invitó a la reflexión: “Es muy importante poder pensar cuál es el modelo de justicia que queremos, si queremos seguir construyendo esta narrativa centrada en el castigo o si efectivamente queremos avanzar, en el campo de las violencias de género, hacia otra forma de justicia más bien centrada en la gestión del conflicto y las reparaciones”.

Panel 5 | Diseño e implementación de Políticas, Programas y/o Prácticas Restaurativas

El panel 5 se denominó Diseño e implementación de Políticas, Programas y/o Prácticas Restaurativas y estuvo integrado por la Directora Nacional para Adolescentes Infractores de la Ley Penal, Gloria Bonatto; Fernanda Strático, integrante del Consejo de la Magistratura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires; Gabriela Perez Eusebio de la Universidad Iberoamericana de República Dominicana; Lácides Hernández de la Confraternidad Carcelaria de Colombia; Hernán Olaeta de la Secretaría de Política Criminal y Justicia Restaurativa del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la República Argentina; y Abraham Colque Jimenez del Sistema Penal Juvenil en Bolivia. El panel contó con la coordinación de vicepresidenta del Instituto Latinoamericano del Ombudsman (Brasil), Alba Martijn.

Gloria Bonatto dio comienzo al panel, y destacó que “el enfoque restaurativo en la justicia para adolescentes es un desafío para generar una justicia participativa donde víctima, victimario, la sociedad y el Estado tengan un rol importante en la resolución de los conflictos”, a la vez que comentó que “en la Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia de la Argentina entendimos que había que crear un área específica de Justicia Restaurativa. Así lo hicimos. Para ello, y a través de la capacitación, fuimos formando y construyendo conciencia en los distintos equipos que tenemos y proponiendo adecuaciones en las normativas de cada una de las jurisdicciones de nuestro país. Generamos guías y documentos para los operadores”.

“Con el enfoque restaurativo en el sistema penal de adolescentes buscamos que estos no sean sometidos a procesos y que sean considerados como un sujeto activo y como un par”, agregó y enfatizó en que uno de los desafíos que tenemos es “que los órganos del sistema de Niños, Niñas y Adolescentes y del sistema penal hagan suyas las prácticas y la justicia restaurativas”.

Posteriormente, tomó la palabra Fernanda Strattico quien durante su presentación trazó un paralelismo entre la actividad en materia de arte y la actividad en el arte de nuestra materia: “El cómo conservar y restaurar una obra de arte tiene muchos puntos de contacto con las prácticas restaurativas incorporando las miradas de los actores de los conflictos, tanto víctimas como ofensores y la misma sociedad”.

También, destacó que en “el Centro de Mediación del Consejo de la Magistratura tenemos actividades de reparación del tejido social cuando el daño ya fue hecho, además de las mediaciones y facilitaciones”, y agregó: “En los encuentros restaurativos para la composición del conflicto buscamos que no haya una historia de violencia crónica y los participantes muestren voluntad al cambio. Es un espacio de reflexión sobre el daño producido y su posible reparación”, y describió que entre las actividades se incluyen “talleres individuales y colectivos destinados, mayoritariamente, a varones que han cometido delitos promoviendo su autoconocimiento y valoración. Estos talleres han arrojado resultados muy satisfactorios”.

A su turno, Gabriela Pérez Eusebio expuso sobre las prácticas restaurativas en el ámbito escolar a partir de la experiencia del programa Transformando con el Corazón”: “La pandemia nos puso en la necesidad de tomar conciencia de que estamos en una nueva normalidad, hay otras formas de hacer las cosas. Las prácticas restaurativas se constituyen en una nueva caja de herramientas mediante la cual buscamos que los estudiantes tengan una visión positivista a través del enfoque restaurativo. Si hay una visión positiva, pues habrá acciones positivas”.

En este sentido, describió que “la práctica de círculos de diálogo permitió que los estudiantes que provocaron algún daño comprendan lo hecho y lo que eso provoca en el ofendido, y también permite que puedan tomar conciencia a la vez que les da la oportunidad de diseñar estrategias para reparar lo que esa acción ocasionó”, y advirtió: “También advertimos que cuando citábamos a los padres de los estudiantes, la reacción de éstos hacia sus hijos eran de contenido punitivista, de modo tal que detectamos la necesidad de trabajar con las familias en el enfoque restaurativo, para que en el mismo seno familiar se procuren prácticas restaurativas, tan necesarias en época de pandemia”.

Luego, fue el turno de Lacides Hernández quien señaló que “la justicia restaurativa y los derechos humanos tienen mucho en común, es tiempo de pasar de los argumentos a las prácticas y este Congreso es un grito para que se promuevan prácticas restaurativas como políticas de Estado”.

“Colombia avanzó mucho en la justicia restaurativa juvenil, pese a lo cual ésta no tuvo el mismo recorrido en la justicia penal para adultos, se la mira con bastante recelo. Pareciera que no alcanzan las recomendaciones de expertos y organismos para pasar de los principios a la práctica”, enfatizó y describió: “Hemos aplicado justicia restaurativa a entornos como las prisiones, y logramos un cambio en sus prácticas y la pacificación de esos lugares. Y así como fuimos allí estamos aplicándola en muchos ámbitos de conflicto como el proceso de pacificación a través de los acuerdos con las FARC, o en casos de abuso sexual o con los militares involucrados en los denominados falsos positivos”.

Por último, analizó: “Cuando se produce el encuentro entre el ofensor y el ofendido cambia el discurso, el ofensor se transforma. Debemos hacer con la justicia restaurativa un movimiento que aporte al mundo más justicia, más humanización y más paz”.

A su turno, Hernán Oleatta comentó el programa de incorporación de prácticas restaurativas en el ámbito del poder Ejecutivo argentino, más precisamente el ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación “para torcer las prácticas administrativistas y punitivistas”, y destacó: “En ese sentido hicimos cursos de capacitación con personal de la Secretaría Nacional de Niñez Adolescencia y Familia y también con dependencias homólogas provinciales”.

Por último, manifestó el objetivo planteado en dicho organismo: “Buscamos fomentar este tipo de sensibilizaciones en el Poder Ejecutivo algo que necesita el Poder Judicial argentino. Las últimas modificaciones normativas permiten a los jueces contar con herramientas procesales válidas para que introduzcan la justicia restaurativa”.

Como cierre de panel, tuvo lugar la presentación de Abraham Colque Jiménez quien expresó que “en mi país no tenemos mucho recorrido en las prácticas restaurativas pero a partir de 2014, cuando se sancionó la ley de Niños, Niñas y Adolescentes, y en ella el sistema penal juvenil boliviano, hubo un cambio de rumbo. Se pudo observar que hubo un sostenido crecimiento del número de adolescentes que cometían delitos, esencialmente varones”.

En este sentido, comentó que los jueces, en los delitos menores a 3 años de condena, tienen una gama de posibilidades para evitar que al adolescente se lo judicialice, que van “desde medidas socioeducativas que se cumplen en libertad brindando un servicio a la comunidad, hasta la reparación del daño, antes de que llegue a sentencia”.

“Esta variedad de alternativas obligó a la creación de Centros de Orientación, que deben elaborar un plan para cada adolescente, con una mirada restaurativa, en el que se incorpora la voz de la víctima”, explicó y ahondó: “Trabajamos en la capacitación de las distintas instancias de la sociedad para que aplique prácticas restaurativas. La que más dificultades presenta en la capacitación es la Policía Boliviana”.

Abogó para que tanto los pequeños delitos como los más grandes sean resueltos con justicia restaurativa, siempre incorporando la mirada de la víctima, del ofensor y de la sociedad: “Tenemos en Bolivia una de las legislaciones más avanzadas en materia de Justicia Restaurativa pero pocas experiencias prácticas”, y señaló que entre los desafíos se encuentra “la necesidad de desarrollar puentes con la justicia indígena originaria y campesina, donde no siempre el castigo es lo primero”.

>>Video de los paneles 4 y 5: https://www.youtube.com/watch?v=dc8iCGrC1nA&t=125s 

Panel 6 | Incidencias judiciales e internacionales en Políticas y Prácticas Restaurativas

El panel 6 tuvo como eje “Incidencias judiciales e internacionales en Políticas y Prácticas Restaurativas” y las presentaciones se dividieron en dos partes. En el primer tramo expusieron Juan Manuel Salgado integrante de Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas, Ulf Chistian Nordenthal del Poder Judicial de Argentina y Silvina Ramírez también de Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas. Este primer tramo contó con la coordinación de María José Bournissent de la Asociación de Abogados y Abogadas de Argentina de Derecho Indígena.

La segunda parte del panel estuvo integrada por Alejandra Paolini, integrante de CLADEM-UNR, Marcelo Trucco también integrante de CLADEM-UNR, Libia Solorio Lozada del Poder Judicial de Querétaro, y por Reyler Rodriguez Chavez actual presidente de la Academia Mundial de Justicia Restaurativa. Esta segunda parte fue coordinada por María José Briz de la Universidad Católica del Uruguay.

Juan Manuel Salgado explicó las dificultades que enfrentan los pueblos y comunidades indígenas para hacer efectivos sus derechos políticos a la participación y a la consulta en el Estado Argentino. Detalló los mecanismos ideológicos y racistas a través de los cuales muchos operadores jurídicos suelen decidir en contra de los derechos humanos de los pueblos indígenas. Y también dio cuenta de algunas rupturas en los sistemas que han dado posturas diferentes como la descolonización.

“Los derechos de los pueblos indígenas están inscriptos en lo que respecta a DDHH sobre todo en la temática del derecho internacional. Sin embargo, rebasan por mucho la concepción individualista en que nacieron los derechos humanos con posterioridad a 1945”, expresó y continuó: “La principal impronta que tienen los derechos de los pueblos originarios es la de la reparación de las experiencias coloniales, quienes han sufrido una experiencia de colonización incorporados por la fuerza a estados con condiciones diferentes a la propia”

“La Corte Interamericana ha dicho en una sentencia, el deber de consultar a la comunidad indígena sobre toda medida administrativa o legislativa que afecte sus derechos, así como la obligación de asegurar los derechos de los pueblos indígenas a la participación en la decisión de los asuntos que les conciernen”, explicó y aclaró: “Sin embargo, esto presenta un problema de comprensión para la mayoría de los operadores judiciales, ya que no está organizado para dar solución a problemas colectivos”. 

“Gran parte de los conflictos con Pueblos originarios recaen en el ámbito privado y a los abogados no se nos ha preparado para solucionar este tipo de conflictos”, reconoció y señaló: “Es necesario cambiar la concepción que se tiene de los pueblos originarios y del abordaje que se hace de sus conflictos y resoluciones”.

A su turno, Ulf Chistian Nordenthal habló de la experiencia de incorporación del derecho indígena en el Proceso Penal de la provincia de Neuquén y cómo eso trajo a colación la posibilidad de incluir la mirada de la Justicia Restaurativa: “En 2014, se consensuó con las autoridades mapuches un documento que se dio en llamar Declaración de Pulmarí, reconociendo el derecho indígena aplicable en el proceso penal en la provincia de Neuquén”.

En este sentido, marcó que “la dificultad era cómo incorporar al sistema la resolución de conflictos en las comunidades mapuches”, y explicó que “por ello se realizó un trabajo de investigación llamado Proyecto Pulmarí en el que se hizo un relevamiento de la información de las costumbres ancestrales en lo que refiere al modelo de justicia y resolución de conflictos para generar mecanismos legales con esa información”, y continuó: “Se obtuvo como conclusión que todo el modo de resolución en el pueblo mapuche tiene que ver con su cosmovisión que entiende al ser humano no como unidad individual, sino que integra una unidad con la naturaleza y el resto del mundo y por lo tanto cada actitud que tenemos impacta en nosotros, en el resto y en la naturaleza”.

Profundizando la idea, añadió: “Así cuando realizamos cosas en contra de ese equilibrio de armonía, la comunidad busca restablecer vínculos y relaciones, y allí identificamos algunos aspectos de prácticas restaurativas: la participación comunitaria, no es una cuestión individual, todos participan en la resolución del conflicto; el encuentro a partir de la palabra, encuentro de diálogo; la restauración del vínculo y de reparar los daños cometidos; y la corresponsabilidad y autocrítica, la responsabilidad es compartida, reflexiona la comunidad entera”.

A su turno, Silvina Ramírez destacó la relación de familia entre la justicia restaurativa y la resolución de conflictos en los pueblos indígenas: “Tiene elementos de propender al diálogo, a los acuerdos, la reparación y la indígena tienen las mismas prácticas y elementos, pero no está dentro de la justicia restaurativa. El sistema indígena es independiente de la justicia ordinaria, es diferente, podemos identificar las relaciones, pero no confundir”.

“Existen derechos indígenas vigentes como los derechos políticos, pero asimismo derechos territoriales, bienes comunes naturales y mantenimiento de propias instituciones. Y el poder gestionar su propia conflictividad también es un derecho”, expresó y continuó: “El racismo y la discriminación nos vuelve a generar el mismo debate de hace décadas de la conformación del Estado moderno para desvalorizar a las comunidades indígenas. La propensión por una educación europeísta que nos hace daño ya que desconocemos sistemas de justicia indígena que gestionan su conflictividad de acuerdo a su propio paradigma”.

En el segundo tramo del panel, Alejandra Paolini presentó el caso C.E.R y explicó que “el Estado es demandado y da una respuesta desde el punto de vista de la restauración. Se da un proceso de reconocimiento de parte del Estado, y se inicia un proceso de negociación, conciliación y posterior restauración”.

Profundizando en el caso, detalló que “la víctima es parte de una familia ensamblada del norte de la provincia de Santa Fe con bajo nivel de escolaridad y escasos recursos. En junio 2011 denuncia a su padre por abuso sexual incestuoso desde los 13 años. En 2011 se dicta procesamiento del padre por abuso carnal. Su hermana también fue víctima de abuso y también los declara y denuncia. En marzo de 2012 lo absuelven con el beneficio de la duda. Y el 23 de agosto de 2012 se confirma la sentencia absolutoria y el fiscal de cámara no la apela”, tras esta situación “en noviembre de 2012 CLADEM E INSEGAR en representación de C.E.R presentan petición ante el comité de la CEDAW y denuncian contra el Estado Argentino prácticas judiciales, discriminatorias basadas en estereotipos culturales de género vulneradoras y garantías judiciales de la víctima”.

“El Estado violó sus obligaciones convencionales de la CEDAW, la víctima nunca fue informada de sus derechos, no fue notificada de las sentencias, no pudo aportar pruebas, se violaron graves deficiencias en función de jueces y fiscales en el proceso”, explicó y reflexionó: “La conclusión a la que llegamos fue una ausencia total del Estado en la protección jurídica de la víctima. Ineficacia de la investigación, graves inficionas de los funcionarios, descreimiento de la palabra de las víctimas, interpretaciones parcializadas”.

“Aquí es cuando en una novedosa práctica de parte del Estado, se da el reconocimiento de la responsabilidad y se da un proceso de reconciliación y restauración. A la víctima se le otorgó una vivienda, la posibilidad de completar sus estudios, actualmente es empleada de la provincia de Santa Fe, se le otorgó una indemnización monetaria. Pero fundamentalmente, se dio un reconocimiento público en medios de comunicación y en un acto con el gobernador presente con pedido de disculpas”, relató y culminó: “Esta agenda de reparación se completó con la conformación de cursos de violencia de género desde la perspectiva de género”.

A su turno, Marcelo Trucco rescató el proceso y cómo se puede aplicar una práctica restaurativa como respuesta por parte del Estado a la acusación de la violación de derechos: “De qué hablamos cuando hablamos de reparación. Volver las cosas al estado anterior, no es fácil porque son difícilmente reparables. Hay que posicionar la centralidad en la víctima desde el acompañamiento de las organizaciones y establecer agendas preparatorias para que la víctima se sienta parte de las decisiones que se van tomando”.

“Quiero destacar el sentido de la práctica restaurativa como política pública, no tener en cuenta sólo la reparación económica. Lograr la no repetición y rehabilitación de la víctima, ofrecerle un proyecto de vida distinto, mejorarle la vida con estabilidad laboral, acompañarla a recomponer la situación familiar. El Estado que a partir del reconocimiento ofrece reparación pensando en la víctima y sus necesidades para que no existan nuevas víctimas”, dijo y remarcó “la importancia que tuvo el acto de pedido de disculpas organizado y encabezado por el gobernador Miguel Lifschitz”.

Luego dieron paso a la palabra de la víctima del abuso y protagonista del caso, Catalina Eva Rolón, quien agradeció la invitación y el espacio para contar su historia y animó a las mujeres y niñas: “Es posible hacer justicia, es posible ser escuchadas, cuesta, pero siéntanse acompañadas”.      

Libia Solorio Lozada contó que desde 1999 el poder del Estado de Querétaro implementó un sistema de mediación para resolver conflictos y a lo largo de todos los años se sumaron instituciones públicas.

“Derivado de él se produce una primera acción donde se dan los conversatorios y uno de los temas es el origen e implementación del régimen condominal. En Querétaro existe un desconocimiento de la cultura condominal y en los últimos años hubo un crecimiento de las problemáticas que se dan dentro de los condominios“, describió y añadió: “La problemática que se da dentro del condominio impactan directamente como onda expansiva al resto de los condominios y se forman bandos dentro de los mismo condominios a favor y en contra de cada conflicto”.

Para contrarrestar esta situación explicó que “se implementó la organización de cursos destinado a los mediadores del municipio de Querétaro para capacitarse en temas que implican a cultura de la paz, derechos y obligaciones en el ámbito condominal”, y culminó: “Hay tenemos conformados diez grupos de veinticinco administradores de condominios a los que se va a capacitar en círculo de paz con el propósito de sensibilizarlos dentro de la convivencia y como responsables de transmitir la paz en el condominio”.

Para dar cierre al panel, hizo uso de la palabra Reyler Rodriguez Chavez quien destacó puntos importantes a sobre el impacto de las prácticas restaurativas: “Los procesos restaurativos pueden servir de instrumento eficiente en la prevención, puede haber programas restaurativos para infracciones y víctimas de manera conjunta; puede haber programas restaurativos que involucran a la comunidad; programas restaurativos habilitados por la ley o implementados en base a mecanismos convencionales y discrecionales”, y explicó: “Los procesos restaurativos pueden ser empleados antes del proceso judicial, durante el proceso judicial y en la ejecución de una sentencia judicial”.

En cuanto a lo que respecta a la prevención en relación a la víctima, remarcó “tener en cuenta la atención directa e inmediata de la víctima; la reparación desde el aspecto más amplios; la reparación que es más efectiva; que se contribuya a devolverle a ésta la seguridad y protección; y además así fortalecer el sistema judicial y la prevención”, y en relación al infractor señaló que la justicia restaurativa “lo ubica en un rol activo frente a la reparación de la víctima dándole una rehabilitación también; evitando la estigmatización y contribuyendo a la reflexión y el entendimiento”.

Panel 7 | Diálogos: interdisciplina, transversalidad y humanización de las intervenciones

El panel 7 se desarrolló bajo la consigna “Diálogos: interdisciplina, transversalidad y humanización de las intervenciones” y el panel de oradores estuvo integrado por Marta Paillet de Gamip América Latina y el Caribe, Fernando Díaz Colorado de la Universidad Santo Tomás de Colombia, y Miguel Ángel Soto Lamadrid del Instituto de Mediación de México. El mismo fue coordinado por Evangelina Trebolle de la Universidad Nacional de Buenos Aires.

La encargada de abrir las disertaciones fue Marta Paillet, quien destacó que “Las políticas que tenemos que definir los que estamos trabajando introduciendo el paradigma restaurativo dentro del paradigma punitivo, aún dominante, tenemos que ser personas que buscan el bien común y debemos estar dispuestos a luchar porque no va a ser fácil”.

En la misma línea, continuó: “Creemos firmemente que así como las instituciones de carácter privado no pueden resolver los grandes problemas, tampoco el Estado puede solo. Entendemos que los cambios de conciencia y los desafíos que estamos enfrentando requieren la participación en alianza productiva de lo público y lo privado y con eso estamos llamando a una transformación porque nos hemos mirado por mucho tiempo con una cierta desconfianza”.

“Este congreso ha mostrado ante nuestra mirada gozosa y esperanzada ser un ejemplo vivo del esfuerzo y la acción conjunta de lo público y lo privado, donde vamos dejando nuestros desalientos y nuestras desconfianzas mutuas para crecer en el camino de unirnos en medio de la diversidad”, destacó y enfatizó: “Tenemos un aprendido diálogo que no nos sirve, que pertenece al paradigma punitivo, que está esperando ganar a través de la descalificación del que tiene al lado y tenemos que aprender diálogos generativos, donde la escucha esté presente, donde sepamos que la responsabilidad de comunicación es del emisor”.

A su turno, Fernando Díaz Colorado expresó que: “Es solamente desde el año 1995 que las legislaciones de América Latina y del mundo en general comienzan a incluir dentro de sus sistemas penales una racionalidad distinta, un paradigma distinto que planteaba que ese sistema tradicional cojeaba, que no era justo, que ese sistema hacía agua y que no bastaba con el que el Estado venciera en juicio al sujeto, le fuera adjudicada una pena y fuera enviado a prisión para que el acto de justicia se diera”.

En cuanto al diálogo interdisciplinario señaló que “implica que los sistemas de justicia deben vincular criminólogos, sociólogos, antropólogos, psicólogos, para generar unos programas de asistencia que permitan satisfacer las necesidades de quien acude a solicitar una de las más grandes necesidades que es el acto de justicia”, y culminó dando la perspectiva de la victimología: “Lo que plantea la victimología es que cuando alguien se acerca al sistema de justicia tiene tres necesidades absolutamente claves, la primera es que le crean que acepten su relato, la segunda es la posibilidad de poder expresar emociones que pueda expresar sentimientos y el tercer elemento que requiere la asistencia a las víctimas con tendencia restaurativa es que se puedan sentir seguras, que puedan saber qué va a pasar mañana”. 

Por último, Miguel Ángel Soto Lamadrid se refirió al rol del mediador y analizó: “Si elevamos los niveles del conocimiento y hablamos de interdisciplina tenemos que admitir que la mediación es la consecuencia de la suma de varias ciencias que participan en la comprensión de las conductas humanas y los conflictos del hombre”.

“Hoy, en el siglo veintiuno, para ser un buen mediador no solamente tenemos que conocer las técnicas de la mediación, sino que tenemos que conocer mucho de psicología, de sociología, para conocer las causas y el contenido de los grandes conflictos emocionales y también tenemos que conocer del derecho, y todo eso hace al carácter interdisciplinar que está adquiriendo la mediación”, continuó y destacó: “Cuando mediamos entre personas en conflicto, lo hacemos no solamente para ayudar a resolver ese conflicto, que es lo que aparentemente pretendemos, sino para pacificarlos, para que se den la mano, para que no se vayan como enemigos, para que no haya represalias en el futuro para que haya paz entre ellos y en la comunidad”. 

Panel 8 | Presentación del libro “Justicia Restaurativa: aportes y reflexiones sobre el campo restaurativo y la cultura de paz”

La presentación del libro “Justicia Restaurativa: aportes y reflexiones sobre el campo restaurativo y la cultura de paz” contó con la presencia del defensor del Pueblo de Santa Fe, Raúl Lamberto, el defensor General de Lomas de Zamora, Eduardo Germán Bauché, la presidenta de la Asociación de Defensores Públicos de la República Argentina, María Lorena Gonzaáez Castro Feijoo y el director Académico del Instituto Latinoamericano del Ombudsman, Alejandro Nató. La presentación fue coordinada por la integrante de la Defensoría del Pueblo de Santa Fe, María Eleonora Avilés Tulián.

Raúl Lamberto señaló que “desde el comité organizador de los congresos latinoamericanos de Justicia Restaurativa asumimos el desafío de convocar y reunir a los expositores que debaten sobre el tema”, y sobre la publicación destacó: “Los textos que la componen van por diversos temas, pero todos revalorizan otra mirada de la justicia restaurativa en las sociedades actuales que se resumen en el libro Justicia Restaurativa: aportes y reflexiones sobre el campo restaurativo y la cultura de paz”.

“El libro está compuesto por 37 artículos de 42 especialistas de 12 países, ponencias de expositores argentinos, de Uruguay, Brasil, Chile, Bolivia, México, Reino Unido, Noruega, España, Estados Unidos, Honduras y Colombia”, describió y profundizó: “Brinda un análisis desde el punto de vista filosófico institucional de la Justicia Restaurativa y juvenil, de la educación y cultura de paz, de lo restaurativo frente a conflictos sociales, de lo restaurativo en lo comunitario, de lo restaurativo en los derechos humanos además de las prácticas”.

Por su parte, Eduardo Germán Bauché dijo que la publicación “es el fruto del gran corazón que tienen todos los que forman parte de él. Si este material es posible es gracias a ellos y su generosidad. El libro tiene un gran contenido”, y reflexionó “Si algo nos une es que somos militantes del buen convivir y no puede salir algo malo de esa unión, desarrollarnos libremente, convivir bien, sabiendo que ninguno puede hacerlo sino lo hace bien en sociedad”.

A su turno, María Lorena González Castro Feijoo agradeció a cada uno de los organizadores y participantes y señaló: “La Justicia Restaurativa encara principios que nos guían en nuestra vida personal y profesional como una cultura que no hace solamente a la cultura de la paz, sino a la solidaridad, a la escucha, a la empatía y a todos esos valores necesarios para poder encarar no solo lo que incluye al ámbito profesional sino también al personal”.

En el mismo sentido, enfatizó: “Me ha hecho mucho bien leer sobre solidaridad en estos tiempos que estamos viviendo, además de las estadísticas y datos duros que nos explican el fruto materializado del resumen de estos Congreso de Justicia Restaurativa”.

Al cierre de la presentación y la extensa jornada, hizo uso de la palabra Alejandro Nató quien agradeció por formar parte de la publicación y destacó “el trabajo y esfuerzo por la organización, pero también por el costado crítico que refiere a en lo restaurativo construir una práctica defensorial”.

En cuanto a la publicación, expresó el libro contiene “la experiencia de discutir sobre los errores cometidos, sobre las experiencias de cada uno, descubriendo dónde están las voces críticas, donde las señales de alerta, y ver cómo encauzar lo que estamos haciendo”, y cerró: “Algo a destacar es el valor que tiene este libro por el esfuerzo de todos los que lo hicieron realidad, revisando nuestras propias acciones y elaborando autocríticas aplicadas en nuestro desempeño por los derechos humanos. Este libro se edificó desde un gran contenido generando una estructura que hoy es sólida para las Defensorías”.

En la última jornada tuvieron lugar las conferencias magistrales de Austen Ivereigh titulada “Cómo salir de la crisis regenerados: el mensaje del Papa Francisco en Soñemos Juntos” y de Roberto Pérez nominada “El Perdón como camino para reparar y restaurar el tejido social, el vínculo personal y con los otros”.

También, durante esta jornada tuvieron lugar los paneles Socialización de experiencias restaurativas: incidencia para comunidades democráticas e inclusivas y La Pedagogía Restaurativa y Cultura de Paz. Y, finalmente, dieron un saludo final el defensor del Pueblo de Santa Fe, Raúl Lamberto, y el defensor General de Lomas de Zamora, Eduardo Germán Bauché. 

>>Descarga gratuita del libro “Justicia Restaurativa: aportes y reflexiones sobre el campo restaurativo y la cultura de paz”: https://fundacionobjetivo16.org/wp-content/uploads/2021/06/Justicia-Restaurativa_libro-digital-3.pdf

Panel 9 | Socialización de experiencias restaurativas

El panel 9 tuvo como eje la “Socialización de experiencias restaurativas: incidencia para comunidades democráticas e inclusivas” y contó con las disertaciones de Esteban Ramos de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras; Natalia Cuenca integrante del programa “Ruedas de Convivencia” del Ministerio de Educación de la provincia de Santa Fe; y Silvia Vecchi, Jessica Name y Sergio Pepe, que expusieron la experiencia interdisciplinaria judicial en la provincia de Tierra del Fuego. La mesa fue coordinada por la integrante del Instituto Latinoamericano del Ombudsman Ana Agostino.

Dando inicio al panel, Esteban Ramos hizo uso de la palabra y abordó la importancia y las conclusiones de los programas de formación desarrollados en Honduras como aporte para la cultura de paz: “Toda política pública está vacía sin el conjunto de la población participando en ellas, si los destinatarios de esas políticas no son considerados sujetos”.

“Desarrollamos un programa de formación centrado en la educación para la paz en la Universidad de Honduras donde trabajamos ejes relacionados con la paz y la resolución de conflictos, para formar ciudadanos comprometidos con las prácticas pacifistas”, contó y añadió: “Su contenido va relacionado con los componentes formativos: talleres formativos; acciones en función de la paz compuesto de fases de trabajo; y la convivencia comunitaria vista con la visita a la comunidad rural de Honduras”.

Por último, expresó que “siendo Honduras uno de los países más violentos del mundo, siendo una cuestión transversal en la sociedad hondureña, nuestros programas formativos son muy importantes por la creación de un espacio reflexivo de convivencia en el que los que participan puedan debatir sin miedo a ser juzgado”, y culminó: “Desarrollamos espacios dinámicos para pensar y sentir aquello que está sucediendo. Es una práctica con unos y otros dentro del programa, pero que son aplicables a la socialización de cada uno de los participantes fuera del programa”.

Luego, fue el turno de Natalia Cuenca, quien explicó la política pública “Ruedas de convivencia” que se aplica en parte de las escuelas públicas secundarias santafesinas: “Encaramos estos programas y planes provinciales para garantizar los pilares de la educación como la inclusión y la calidad educativa, poder pensar a la escuela como un lugar de vida, como un lugar para aprender a habitar lo común”.

“Las Ruedas de convivencia son un dispositivo que intenta democratizar la institución de la escuela, mediante reuniones donde los alumnos secundarios socializan sus percepciones en torno a conflictos escolares, y proponen resoluciones pacíficas”, explicó y profundizó: “Tienen como punto la horizontalidad y buscan mejorar la coexistencia en el aula a través del diálogo. Así las comunidades educativas elaboran sus planes de convivencias, y el estudiante es protagonista de las legalidades que las rigen, lo que lo hace parte de ellas”.

Cerrando el panel, Silvia Vecchi, Jessica Name y Sergio Pepe realizaron una ponencia en conjunto en su función de contribuir a la paz social teniendo clara la realización de acciones para lograr estos objetivos: “Es de gran importancia ser crítico e identificar las falencias a la hora de no poder resolver ciertas situaciones porque por ejemplo un juzgado penal puede hacer que un conflicto no se vuelva a conciliar”.

“Quizás no se cuenta con las herramientas a la hora de enfrentar a una víctima que tiene vulnerabilidades, por ello es que creemos que los valores y premisas que tiene la Justicia Restaurativa nos permiten herramientas que mejoran y humanizan estos procesos”, destacaron y sostuvieron: “Debemos apoyarnos en, por ejemplo, la Dirección de Métodos Alternativas que nos ayudan  a dar herramientas para ciertas conflictividades para saber cuándo la aplicación de la norma penal tradicional pueda hacer que ese conflicto quizás no se solucione”.

También, dieron cuenta de que “las políticas públicas en acceso a la justicia se promueven como lugares de importancia en desarrollos para la transformación de la cultura y las posibilidades pacificadoras de la sociedad”, e invitaron a “miembros de la sociedad en general e incluso a nuestros compañeros que necesiten conversar para reflexionar, dialogar con la propia experiencia de cada uno, a pensar sobre los posibles itinerarios personales y comunes. Alentamos a hablar entre todos buscando intereses compartidos y para tratar las diferencias”.

Por último, enfatizaron en que “debemos hacer que la justicia penal sea la última instancia aplicable, hay otros eslabones que tenemos que activar y conectarnos entre nosotros para resolver antes esa conflictividad social”.

Panel 10 | La Pedagogía Restaurativa y Cultura de Paz

El panel 10 se denominó “La Pedagogía Restaurativa y Cultura de Paz” y contó con la presencia Celia Maria Oliveira Passos del Instituto de Soluciones Avanzadas de Brasil; y Rodolfo Nuñez de Trabajo en Red y comunitario en el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación Argentina. El panel fue coordinado por Pablo Noel, presidente del Colegio de Magistrado de la provincia de Buenos Aires.

Rodolfo Nuñez desarrolló la experiencia en el tema redes sociales y justicia restaurativa, y en ese sentido destacó que “hay muchos puntos de conexión entre las dos ya que ambas nos obligan a comprender que hay unidades heterogéneas, diversidad de experiencias, saberes, conocimientos y trayectoria ya existentes. Hay tramas que nos preexisten, debemos abandonar el pensamiento de que nosotros creamos las redes”.

“Debemos salir del ámbito judicial para darnos cuenta que los sujetos estamos cruzados por esos saberes, conocimientos, experiencias diferentes y que todos están influidos de alguna manera por políticas públicas” agregó y continuó: “Y para acceder a esos saberes preexistentes debemos crear espacios dialógicos con otras tramas, como también lo debe hacer la justicia restaurativa”.

A través de una presentación habló de la comunidad de vínculos, los que “deben establecer interacciones entre tramas para comprender a los adolescentes en situación de vulnerabilidad socio penal. Y una de ellas, por ejemplo, es hacer el trabajo comunitario en el mismo terreno, en nuestra experiencia de un área de alta vulnerabilidad social pudimos darnos cuenta la significación que tiene esa comunidad para al Estado ya que casi no había detalle catastral, estaba como una mancha, sin detalle”.

“Los principios en la intervención deben tener un enfoque de derechos, debe haber voluntariedad, un enfoque comunitario, gestión territorial y local, e interagencialidad. Hoy hay quienes cuestionan la voluntariedad, creo que es erróneo, no debe obviarse la voluntariedad porque los jóvenes tienen cosas por decir, hay que escucharlos. Es una práctica restaurativa”, concluyó.

Por su parte, Celia María Oliveira Passos, en el inicio de su disertación, invitó a pensar “qué es la justicia restaurativa, de qué tipo de justicia restaurativa estamos hablando”, y sostuvo: “La justicia restaurativa se construye según las comunidades, los espacios, la cultura, no hay una sola definición. Cada uno la comprende desde su mundo, desde su perspectiva, por lo que es necesario crear nuevos espacios para estudiarla”.

Esa introducción sirvió para avanzar en torno de las cuatro olas que se pueden diferenciar en la justicia restaurativa y los vínculos de ésta con la neurociencia y la física cuántica: “Las dos primeras olas en materia de justicia restaurativa comprenden a la restauración del daño, la respuesta al dolor u ofensa, la tercera ola nos trae nuevos desafíos, pensar a la justicia restaurativa como modo de vida, de filosofía de vida, como modo de ser, y la cuarta ola nos demanda comprender el mundo actual como un grito de justicia social, de indignación ante las desigualdades”.

Sobre el vínculo de la neurociencia con la justicia restaurativa, explicó que las emociones “no pueden preverse, llegan, surgen y dominan el cerebro, el organismo emana adrenalina, bajo tensión una persona pierde capacidad de raciocinio. En cambio, cuando aparecen reacciones hormonales como la oxitocina hay un mejor proceder, hay una mejor reacción. Cuando hay diálogo, cuando hay empatía, podemos esperar reacciones pacíficas”.

Conferencias

La primera de las conferencias estuvo a cargo de Austen Ivereigh y se tituló “Cómo salir de la crisis regenerados: el mensaje del Papa Francisco en Soñemos Juntos”. Precisamente la ponencia se centró en la conversación del periodista con el Papa Francisco en torno al contenido de la publicación del pontífice.

“El libro se divide en tres partes que siguen la dinámica clásica del catolicismo latinoamericano que es ver, juzgar, actuar o como el Papa prefiere reformularlo, contemplar, discernir y proponer”, explicó y continuó: “Contemplar y ver es importante porque hay que ver la realidad tal cual es y aceptarla tal cual es, el segundo paso es discernir o elegir y eligiendo es ver lo que nos humaniza y lo que nos deshumaniza, ver lo bueno y ver lo malo, y el tercer paso que es el actuar donde podemos proponer modos de actuar que reflejan estas nuevas conciencia de los valores”.

“Cuando la iglesia habla de la opción preferencial por los pobres quiere decir que siempre hay que tener en cuenta el impacto en los pobres de las decisiones que tomamos, pero también significa que debemos poner al pobre en el centro de nuestro modo de pensar”, reflexionó y compartió: “La parte más conmovedora del libro tiene que ver con algo que ustedes recordarán, cuando él estaba en Buenos Aires de Arzobispo organizaba todos los años en junio una misa en la plaza Constitución de Buenos Aires y ahí venía la periferia”, y completó: “Dice en el libro que él sentía el buen espíritu ante esa multitud orante, que le recordaba el pueblo humilde que seguía a Jesús, dice que el pueblo siempre lleva una promesa en su corazón una invitación que lo hace caminar hacia algo que desea pese a la marginalidad que sufren y la predicación de Jesús les evocaba promesas antiguas que llevaban en sus entrañas, en su sangre, una conciencia ancestral de la cercanía de Dios y de su propia dignidad, por eso seguían a Jesús porque él les daba dignidad”.

La coordinación de ambas conferencias estuvo a cargo de María de los Ángeles Pesado Ricardi integrante de la Defensoría General de Lomas de Zamora, quien agradeció la participación de Ivereigh  y dio la palabra a Pérez.

A su turno, Roberto Perez habló sobre “El Perdón como camino para reparar y restaurar el tejido social, el vínculo personal y con los otros: “Estoy convencido que estamos en un momento de reevolución de la conciencia. Se trata de saltar a otro nivel de conciencia que la humanidad necesita para seguir existiendo. Y por eso, en esa reevolución de la conciencia, hay un camino que jamás tenemos que olvidar, y es que generalmente las situaciones que nos rodean están cargadas de tensión y de violencia”.

“Hay un pensamiento conocido que dice ‘Papá, si matamos a todos los malos, ¿quedamos todos los buenos? No, hijo, quedamos todos los asesinos’. Los cambios no se hacen con violencia, se hacen con educación. Hacer un evento como este es creer en la Paz, es creer que los cambios no se hacen con violencia sin con educación”, expresó y continuó: “El perdón es la clave fundamental para que el tejido social, de comunidad, de familia, se pueda lograr. Todos los agentes de justicia tienen que tener una actitud que permita generar el perdón, y el perdón se puede generar cuando las personas que están participando en situaciones conflictivas llevan en ellos esta actitud de hospitalidad”.

Por concluir, Pérez señaló que “para poder perdonar, para lograr que haya paz, se requiere amar. Y en esta sociedad tan violenta tenemos que volver sobre este concepto de Platón, que dice que amar es querer el bien. ¿Qué es el bien? El bien es el desarrollo pleno de aquello que amo. Por lo tanto amar es querer mi propio bien y el bien de los otros”.

Cierre del Congreso

Sobre el cierre del Congreso, y fuera del programa previsto hizo uso de la palabra el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, Sergio Torres, quien señaló que “a veces no alcanza con tener razón, sino que además hay que ser muchos y este es un ejemplo de esto”.

“El concepto de justicia restaurativa tiene un aspecto extremadamente valioso que es el rol de la víctima, la víctima con la aparición de los Estados nacionales y la expropiación de la acción penal por parte de los Estados empezó a desaparecer, primero languideció y después desapareció”, recapituló y agregó: “El rol del Estado en lugar de sumar a la víctima la fue diluyendo, la transformó en alguien anónima y la hizo desaparecer”.

Por último, destacó que “esta lógica de los procesos restaurativos que son utilizados exitosamente para abordar y resolver algunos conflictos y daños en distintos contextos y escenarios como familias, barrios, escuelas deportes, ubica a la víctima en una centralidad”. 

Posteriormente, hizo uso de la palabra Raúl Lamberto que tras agradecer a todos los participantes y organizadores del evento remarcó que “el libro que presentamos ayer es un cambio paradigmático que necesitamos y debería estar colgado en las páginas de todos los organizadores para que esté al alcance de todos”, y enfatizó: “Es necesario que la cultura restaurativa sea desarrollada, conocida y practicada”.

Por último, valoró: “Este congreso tiene una virtud, no se le preguntó a nadie cómo pensaba, de dónde venía, cuál era su ideología, cuál era su espiritualidad, sino que se planteó si compartía la idea de restauración como idea de una práctica moderna nueva necesaria para el conflicto”.

Finalmente, Eduardo Germán Bauché remarcó que “seguramente quedaron expositores afuera de este programa a quienes nos hubiera gustado poder escuchar. Los convoco para al 4° Congreso Latinoamericano de Justicia Restaurativa que se va a realizar los días 4, 5 y 6 de agosto del año 2022”, y cerró: “Estoy agradecido, feliz y convencido de que el futuro va a ser el fruto de lo que estamos sembrando hoy, aquí, en cada hogar y en las tareas diarias y cotidianas”.

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